—   texto latino oficial   —

 

Die 6 Iunii

 

S. MARCELLINI CHAMPAGNAT

 

–   Presbyteri  –  Sollemnitas  –

   
  Ant. ad introitum   (Mc 10, 14-15)
    Sínite párvulos veníre ad me. Ne prohibuéritis eos; tálium est enim regnum Dei.
Amen dico vobis: Quisquis nos recéperit regnum Dei velut párvulus, non intrábit in illud.
  Collecta
    Pater sancte,
qui per Unigénitum tuum legis mandátum revelásti
et in eo servándo sanctum Marcellínum presbýterum mirum exémplum nobis dedisti,
presta, quaésumus, ut, eius monitis inhæréntes,
fratres ex corde diligámus
et mundum ad agnitiónem veritatis Christi perducamus.
Per Dóminum ...
  Super oblata
    Grata tibi sit, Dómine, oblátio nostra; et præsta,
ut spíritu tui amoris et nos repléti,
in doctrína apostolórum, in communicatióne,
in fractióne panis et oratiónibus perseverémus.
Per Christum ...
  Ant. ad Communionem   (Io 19, 26-27)
    Cum vidísset Iesus matrem et discípulum stantem, quem diligébat, dicit matri: "Múlier, ecce fílius tuus".  Deínde dicit discípulo: "Ecce mater tua".  Et ex illa hora accépit eam discípulus in sua.
  Post Communionem
    Córpore et sánguine Fílii tui refécti,
quaésumus, Dómine,
ut qui magna recólimus quæ per beátum Marcellínum
in Ecclésia tua fecísti,
huius sacraménti virtute roboráti,
ad impensióra apostolátus ópera iúgiter urgeámur.
Per Christum ...
     
 
 

—   texto español castellano   —

  Antífona de entrada   (Mc 10, 14-15)
    Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis; de los que son como ellos es el Reino de Dios.  Os lo aseguro que el que no acepte el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.
  Gloria
  Oración colecta
    Padre santo,
que por medio de tu Hijo unigénito has revelado el mandamiento de la nueva ley
y nos has dado a san Marcelino como ejemplo admirable del modo de vivirlo,
concédenos, te rogamos, que también nosotros, siguiendo sus enseñanzas,
amemos a los hermanos de corazón,
y conduzcamos al mundo al conocimiento de la verdad de Cristo.
Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.
  1ª Lectura   (Eclo 24, 30-34)
    Lectura del Libro del Eclesiástico
    Yo, sabiduría, hice brotar ríos.
Yo soy como canal que sale de un río,
como acueducto que entra en el paraíso.
Yo dije: "Regaré mi huerto y empaparé mis prados."
Y he aquí que mi canal se hizo río, y el río se hizo mar.
    Haré lucir la doctrina desde la aurora,
y llevaré hasta muy lejos su luz.
Penetraré las partes más escondidas de la tierra,
velaré sobre los que duermen
e iluminaré a los que esperan en Dios.
    Derramaré las instrucciones como profecía,
y la transmitiré a las futuras generaciones.
Y lo continuaré haciendo con sus descendientes para siempre.
    Ved que no he trabajado para mí,
sino para todos cuantos buscan la sabiduría.
  Salmo responsorial   (Sal 111, 1-9)
    R./ Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
    Dichoso quien teme al Señor
     y ama de corazón sus mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
     la descendencia del justo será bendita.
    R./ Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
    En su casa habrá riquezas y abundancia;
     su caridad es constante, sin falta.
En las tinieblas brilla como luz
     el que es justo, clemente y compasivo.
    R./ Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
    Dichoso el que se apiada y presta
     y administra rectamente sus asuntos.
El justo jamás vacilará,
     su recuerdo será perpetuo.
    R./ Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
    No temerá las malas noticias,
     su corazón está firme en el Señor.
Su corazón está seguro, sin temor,
     hasta que vea derrotados a sus enemigos.
    R./ Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
    Reparte limosna a los pobres;
     su caridad es constante, sin falta,
     y alzará la frente con dignidad.
    R./ Dichoso el hombre a quien tú educas, Señor.
  2ª Lectura   (Hch 1, 12-14; 2, 44-47)
   

   Lectura de los Hechos de los Apóstoles

   

   Después de subir Jesús al cielo, los apóstoles se volvieron a Jerusalén, desde el monte que llaman de los Olivos, que dista de Jerusalén lo que se permite caminar en sábado.  Llegados a casa, subieron a la sala, donde se alojaban: Pedro, Juan, Santiago, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé y Mateo, Santiago el de Alfeo, Simón el Celotes y Judas el de Santiago.

   

  Todos ellos se dedicaban a la oración en común, junto con algunas mujeres, entre ellas María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.

   

  Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno.  A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando.

  Aleluya   (Mt 5, 3)
    Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el Reino de los Cielos.
  Evangelio   (Mt 18, 1-7.10)
       Lectura del santo Evangelio según San Mateo.
       En aquel tiempo se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: ¿Quién es el más importante en el reino de los Cielos?
       Él llamó a un niño, lo puso en medio y dijo: Os digo que, si no volvéis a ser como niños, no entraréis en el reino de los Cielos.  El que acoge a un niño como éste en mi nombre, me acoge a mí.  Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran al cuello una piedra de molino y lo hundieran en el fondo del mar.
   

   ¡Ay del mundo a causa de los escándalos!  Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay del hombre por quien viene ese escándalo!  Cuidado con despreciar a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial.

  Credo
  Oración sobre las ofrendas
    Que te sea agradable, Señor, nuestra ofrenda;
y concédenos que,
llenos nosotros del Espíritu de tu amor,
perseveremos en la enseñanza de los apóstoles,
en la unión fraterna,
en la fracción del pan y en la oración.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
  Prefacio
    [ De los santos Pastores o de los santos Religiosos. ]
  Antífona de Comunión   (Jn 19, 26-27)
   

Jesús, al ver a su madre, y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: "Mujer, ahí tienes a tu hijo."  Luego dijo al discípulo: "Ahí tienes a tu madre."  Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

  Postcomunión
    Señor, que nos has alimentado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
concédenos, a quienes celebramos las grandes obras
que has llevado a cabo en tu Iglesia por medio de san Marcelino,
que robustecidos con la fuerza de este sacramento,
podamos siempre emprender mayores obras de apostolado.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
 
 

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