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Las
mejores frases de Marcelino Champagnat sobre... |
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los niños y los jóvenes |
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Si tenéis la dicha de grabar en el corazón de los niños y de
los jóvenes el amor y la confianza en la virgen María, habéis asegurado su salvación.
Enseñar a un niño una lección del catecismo, una oración
como el padrenuestro o el avemaría, es una acción mucho mayor y más meritoria a los
ojos de Dios que ganar una batalla.
No puedo ver a un niño o a un joven sin sentir profundas ganas
de gritarle lo hermoso que es vivir y el gran amor que el Padre Dios nos tiene.
He ahí un corazón creado a imagen de Dios, salvado con la
sangre de Jesús y destinado a ser inmensamente feliz; sin embargo, tal vez ese niño
ignore esas verdades y nadie se preocupe de enseñárselas.
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los más necesitados |
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Nos comprometemos a instruir gratuitamente a todos los niños
pobres que nos presente el señor párroco.
Dios nos envía a esos niños y nos concede la gracia de
acogerlos; ya nos enviará con qué alimentarlos.
La roca que ha de servir de fundamento a una congregación es la
pobreza y las contradicciones. Ahora bien, a Dios gracias, tenemos abundancia de ambas
cosas; todo lo cual me da pie para creer que edificarnos con solidez y que Dios nos ha de
bendecir.
El niño pobre ha de ocupar un puesto en la escuela, no según
su condición y fortuna, sino según su capacidad. Ha de poder, si sus
actitudes se lo permiten, seguir todos los grados, competir con el rico, ocupar un puesto
a su lado y aun sobrepasarle. |
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... la
educación |
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La buena educación de los niños pide que se les ame, y se les
ame a todos por igual. Ahora bien, esto supone la entrega absoluta a su
formación y el uso de cuantos medios pueda sugerir un entusiasmo habilidoso para
infundirles la piedad y la virtud.
La educación es para el niño lo que el cultivo para el
campo. Por muy bueno que éste sea, si se deja de arar, no produce más que
zarzas y malas hierbas.
El espíritu de una escuela marista es el espíritu de familia.
El carácter más
apropiado para educar humana y cristianamente a los niños y jóvenes
es el que reúne la jovialidad, la afabilidad y la constancia que
sólo se hallan en un corazón humilde y bondadoso. |
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María |
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La devoción a María gusta de difundirse y quien no intenta
comunicarla y tiene poco entusiasmo por extender y propagar el culto de la Virgen,
demuestra que carece de tan preciosa devoción.
María no se queda con nada: cuando la servimos, cuando nos
consagramos a ella, nos recibe para entregarnos a Jesús y llenarnos de Jesús.
Ya
sabéis a quién hemos de pedir esas gracias, a nuestro Recurso
Ordinario. No temamos acudir a ella demasiado a menudo, pues
su bondad y poder no tienen límites, y el tesoro de sus regalos es
inagotable.
Todo a Jesús por María, todo a María para Jesús. |
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... el
amor a Jesús |
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Ver ofender a Dios, y ver que los hombres pierden su esperanza y
su amor, son para mí dos cosas insoportables y que me parten el corazón.
Dar a conocer a Jesucristo y hacerle amar es el fin de vuestra
vocación y el por qué de nuestro instituto.
Pido también a Dios y deseo con toda mi alma que siempre os
sintáis en presencia de Dios, porque esto anima la oración y hace crecer todas las
virtudes.
No lo olvidemos: con Jesús lo tenemos todo, y sin Jesús no
tenemos nada. |
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los Maristas |
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Ojalá se pueda decir de los hermanos maristas como de los
primeros cristianos: "Mirad cómo se aman".
Si supiéramos lo mucho que Jesucristo ama a los niños y
jóvenes y el ansia con que desea su alegría y su búsqueda del amor que él les tiene,
en lugar de considerar penosa la enseñanza y de quejamos de lo que nos cuesta,
estaríamos dispuestos a sacrificar la vida en este esfuerzo.
¡Cuántas cosas haría usted si tuviese algunos cientos de
miles de francos!, le dijo un día un amigo al ver cómo progresaba el
instituto. Y Marcelino respondió: Si Dios nos envía cincuenta buenos
hermanos, las haría mayores y mejores; lo que nos falta no es dinero, sino buenos
hermanos. Una comunidad es suficientemente rica cuando sus miembros son
buenos, y eso es lo que pido a Dios todos los días.
Es costoso vivir como buen religioso, pero la gracia y el amor
de Dios lo pueden todo y lo llenan todo de gran felicidad. Qué consuelo y qué paz da
morir en brazos de María y en su familia. |
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Resumen publicado en
«Champagnat - Bloc de apuntes». Delegación de Pastoral. Provincia Marista
de Norte.
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