VIDA y MILAGRO de Marcelino Champagnat

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...   ...  y lo mandan a la escuela de Marlhes.
Pero el primer día vive una experiencia desagradable: la falta de disciplina de uno de sus compañeros provoca que el maestro le responda con una bofetada.  Al ver aquella escena, Marcelino tomó una seria decisión: no ir más a la escuela.
Al año siguiente, hace la Primera Comunión, con 11 años.  ¡Qué tiempos!


 

 

Adolescente ya, Marcelino sigue trabajando en el molino de casa y sobre todo en el campo con sus corderos ... y, en la paz de los campos, sueña, hace planes para el futuro.

El negocio le atrae, la libertad le agrada, pero ... ¿qué va a hacer con su vida?

 

 


Un buen día, un sacerdote de la región visita la casa de los Champagnat, se fija en Marcelino y le pregunta espontáneamente: "Y a ti ¿no te gustaría ser sacerdote?"
Marcelino se queda pensando.  Y el sacerdote le dice: "Tienes que estudiar para ser sacerdote.  Dios lo quiere."
Sin duda, fue uno de esos momentos de la vida en los que Dios entra en contacto con el hombre y toca su corazón.
Y Marcelino se decide a seguir la llamada de Dios.
 

Tras una escasa preparación, parte hacia el Seminario menor de Verrières.
Despedida de sus padres, de la aldea, de los suyos ...
Tiene 15 años, apenas sabe leer y escribir, casi no sabe hablar francés (sólo habla el dialecto de la región) ... pero ha visto el camino nuevo que se abre ante él, y sale de su tierra –como Abraham– hacia lo desconocido.
¿Qué pasará en el Seminario? ...

 


La verdad es que en el Seminario menor de Verrières comienza bastante mal.  Es el mayor de la clase (sus compañeros tienen 2 o 3 años menos que él) y es el último ... Al final del curso suspende casi todo.
Por eso, el rector del Seminario le "invita" a quedarse en su casa; es decir, que lo echa del Seminario.
Pero, durante el verano, su madre habla seriamente con él.  Ambos van a rezar a la tumba de S. Francisco Regis, un santo de aquellas tierras.
Marcelino se compromete a cambiar y, después de muchos esfuerzos, su madre consigue que el rector del seminario lo admita otro curso.
 
 

Marcelino parece distinto, ahora es un muchacho más formal.

Como es el mayor, lo nombran vigilante del dormitorio; esto le da derecho a tener un pequeño cuarto aparte.   Aprovecha para estudiar incluso por las noches ... y, al final, aprueba el curso.
Durante los tres cursos que aun le quedan para terminar el Seminario menor va madurando y aprobando, muchas veces por los pelos, pero puede pasar al Seminario mayor para completar su carrera sacerdotal.